Anímense
POR EMILY GARDNER FOPPE
“Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”. [Juan 16:33 NVI]
El novio secó nerviosamente sus lágrimas anticipando la aparición de su novia. Volvió a hacerlo cuando finalmente se abrió la puerta en el fondo del pabellón. Allí estaba ella - deslumbrantemente hermosa y radiante. Él se hallaba casi que impaciente por tocarla. Ella avanzó lentamente por el pasillo hacia él, con su madre y su padre a cada lado. “¿Quién entrega a esta mujer para así tomar a este hombre?” “Nosotros”, respondieron de forma perfecta al unísono.
Jennifer, la hija “menor” y la favorita de mi esposo, se hallaba completamente desconcertada cuando se aproximó y tomó las manos de Kevin. ¿Quién habría anticipado semejante arrebato de emoción? Pero sus nervios finalmente se calmaron; poco después, tuvo lugar la lectura de los votos. El humor y una plétora de pausas suspirantes, de aquellas que permiten contener las lágrimas, les asaltaban; sus palabras y gestos revelaban el afecto profundo e imperecedero que sentían el uno por el otro, junto con una “certitud” y una comprensión intuitivos que, confío, se ensancharán y se perfeccionarán a lo largo de muchos años por venir.
La ceremonia del intercambio de anillos condujo a un clímax bastante dramático. “¡Ya casi finalizamos!”, les aseguró varias veces el pastor. Los testigos reían casi sin control. La pareja se había ido acercando cada vez más y más a medida que avanzaba la boda. ¡Al final, apenas si pudieron contener lo que se suponía que era el beso que sellaba el final de la ceremonia!
Aquel adhesivo que los mantiene unidos
Recientemente he asistido a varias bodas familiares. Cada vez, he orado: “¡Señor, mantén unido este matrimonio, al parecer ‘creado en el cielo’, con el adhesivo apropiado!”. No lo pude tener en mi primer matrimonio, pero desde entonces Dios me ha mostrado a través de Su Palabra cuál es, de hecho, ese “adhesivo”: (1) intimidad, o el compartir continuamente el corazón del otro, y (2) límites que se ajustan donde son necesarios.
Dios es un Dios relacional. Más allá de todo, Él desea que utilicemos este adhesivo que nos permitirá establecer, hacer crecer y mantener la relación de amor que quiere que tengamos con Él. Y no es accidental el que a lo largo de la Biblia Él utilice la analogía del matrimonio, la relación de mayor intimidad entre dos personas, para describir cómo busca que sea Su relación con la humanidad.
Esta es la conclusión: Los mismos ingredientes que hacen que la relación de cada persona con Dios sea exitosa y duradera son los mismos que harán que las relaciones matrimoniales alcancen el éxito, sigan siendo satisfactorias y perduren con el transcurso de los años.
Un regalo improbable
Una de las “analogías matrimoniales” más sorprendentes del Antiguo Testamento tuvo lugar cuando Moisés se reunió con Dios en el monte Sinaí – el encuentro que lo condujo a recibir un improbable regalo de “boda”. La Biblia dice que Moisés y Dios tuvieron una charla de corazón a corazón, una conversación muy íntima que duró 40 días y 40 noches. Fue “cara a cara, como quien habla con un amigo” (Éxodo 33:11 DHH).
Nota: La palabra hebrea para “hablar”, dabar, sugiere que la conversación no era casual, sino que, como sucede entre el esposo y la esposa, era un intercambio de corazones entre dos personas. Además, la palabra para “amigo”, ra'ah, connota una “pasión consumidora”. Cuando Moisés y Dios hablaban entre sí, lo hacían como seres que se aman, compartiendo pasión el uno por el otro.
Ahora bien, el punto de la conversación de Dios con Moisés en la montaña era revelar cómo deberían ser las relaciones “rectas” y “duraderas” entre Él mismo y Su pueblo (es decir, qué se requeriría de Su pueblo para que pudieran mantener “a salvo” su relación con Él - para que ésta nunca muriera). Por extensión, Dios reveló cómo deberían ser las relaciones entre las personas mismas (aquello que también se requeriría para mantener esas relaciones “a salvo”, para toda la vida).
Así que cuando Moisés bajó de la montaña, sostenía en sus manos el regalo que Dios le había dado a él y al pueblo, una “fórmula” para la vida (intimidad y normas relativas a límites) escrita en dos tablas de piedra. ¡Dios las había escrito con Su propio dedo! Eran los Diez Mandamientos.
La siguiente es una sinopsis de lo que las tablas decían:
Mantente dentro de los límites de amarme primero a Mí. (No olvides que eres Mi novia. ¡Te amo!) No ames a nada ni a nadie más de lo que Me amas a Mí. (¡No Me engañes!) No te refieras a Mí de manera despectiva. (¡En cambio, alábame! ¡La alabanza Me bendice!). No Me robes. (De todos modos, todo lo que tienes Me pertenece.) Santifica el día de reposo. (Descansa de tu trabajo en ese día, para honrarme a Mí. ¡YO SOY Dios!)
Mantente dentro de los límites de amar a los demás más de lo que te amas a ti mismo. Esto significa que no les mientas. No te permitas desear tener sus cosas (hasta el punto de que te cause el tener malos sentimientos hacia ellos o robarles o asesinarles). Tampoco tengas relaciones sexuales con los cónyuges de otras personas (ni con nadie que no sea tu propio cónyuge). Honra a tus padres. (Ellos también te dieron vida).
Une tu vida a la de Él
La verdad es esta: Cuando no vivimos dentro de los límites que Dios nos ha dado, lastimamos Su corazón. En última instancia, nuestros corazones también resultan heridos. Pero cuando vivimos dentro de estos límites, nuestras vidas se unen a la Suya. Es así como llegamos a estar “plenos”. También es así como llegamos a confiar en que nuestras relaciones con Él y con los demás son buenas, exitosas y se hallan bajo protección.
“Cuando el Señor dejó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le entregó dos tablas de piedra con la ley escrita por el dedo mismo de Dios” (Éxodo 31:18 DHH).
Consideremos el significado oculto de este versículo para que así podamos entender el concepto de “plenitud”, según la tradición hebrea. Algunos eruditos creen que la frase “cuando el Señor dejó de hablar con Moisés” ha perdido su verdadero significado en la traducción. La frase completa corresponde a una palabra hebrea, kekalotho, tomada de la palabra raíz kalah, un homónimo que puede significar tanto “pleno” como “novia”.
Dado que la literatura judía afirma que el hombre no se halla kalah (es decir, “pleno” o “completo”) hasta que “toma una novia”, la frase debería traducirse como “pleno” e igualmente como “novia”. Cuando Moisés bajó de la montaña, la unión (o matrimonio) entre él y Dios se hallaba completa.
Jesús manifestó el corazón de Dios
Dios dio el regalo que dio porque deseaba que nuestra relación con Él, en conjunto con todas las relaciones matrimoniales y familiares, fuera “segura” (que nunca estuviera desprovista de intimidad y de amor incondicional). Una relación íntima requiere de tiempo y de completa honestidad. Una relación segura y amorosa requiere de confianza. La aceptación del regalo de bodas de Dios en nuestras vidas conlleva la comprensión de cómo todas estas cosas operan en conjunción para nuestro bien.
Cuando Jesús vino a la tierra como Dios encarnado, Sus palabras estaban llenas de “vida” y “Espíritu”. Es decir, Sus palabras eran el corazón de Dios. Adicionalmente, Sus acciones manifestaron cómo es realmente el corazón de Dios. Tenía que demostrar “la plenitud” y “la imagen exacta” de quién es Dios ya que la gente había olvidado estas cosas, las había malinterpretado, o jamás había tenido conocimiento de ellas. Sus corazones eran duros y fríos y habían caído en perdición.
Y Dios quería llegar a esos corazones. ¡Quería llegar a todos ellos! Debido a que Jesús poseía el corazón de Dios (una comprensión total de Su mente y de Sus propósitos), Él fue capaz de tocar a la gente e inspirarla al cambio, y a seguir Sus caminos - no tan sólo a seguir la letra de la Ley (las reglas y regulaciones que el hombre había añadido a los diez mandamientos originales), sino a seguir el Espíritu de la intención original de Dios (es decir, unir sus corazones con el Suyo).
Apoderándose del corazón de Jesús
Jesús dijo: “En este mundo tendrás problemas”. Así que debemos esperar algunos problemas en nuestras relaciones, especialmente en las más íntimas y cercanas, nuestros matrimonios. Vivimos en un mundo caído. Pero Jesús vino a proporcionarnos paz (y soluciones) en lo relacionado con nuestros problemas, penas y problemas relacionales.
Más adelante, en el mismo versículo, Jesús dijo: “Pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”.
Algunas traducciones dicen “confiad” o “tengan valor”, en lugar de “anímense” - pero creo que la esencia de aquello que Jesús estaba diciendo es lo siguiente: “Adopta una mente renovada”, o “adopta un corazón renovado”. Es decir, “¡toma posesión de Mi Corazón, de Mi entendimiento, de Mi Vida!”.
Esto es lo que debemos recordar: El mensaje del Evangelio abarca un gran territorio. ¡Sí! La salvación eterna es el objetivo principal. Pero esta salvación también incluye el hecho de que Jesús venció por nosotros la adversidad a través de la resurrección, para que así no tuviéramos que recibir daño alguno de ella mientras estamos aquí en la tierra. Esta es una promesa que puede tener cumplimiento cuando “intercambiamos” nuestros corazones por el Suyo.
Cuando nos volvemos para asirnos a Él (mediante el arrepentimiento), le estamos entregando, en efecto, nuestro corazón. Como intercambio, Él nos devuelve Su corazón. En otras palabras, nuestra Maldad (nuestro pecado y el poder de nuestro pecado) es “intercambiado” por Su Rectitud (Su plenitud y totalidad). ¡Vencemos!
La palabra que deseo dar
Esta es la “palabra” que les quiero dar a Jennifer y a Kevin como celebración de su reciente unión. Tal vez sea una palabra que todos podamos usar.
“Kevin, Jennifer, Dios nos ha concedido herramientas que funcionan como un ‘adhesivo’ para que las utilicemos en nuestros matrimonios. Cuando son usadas correctamente, los que estamos casados nos mantenemos unidos y disfrutamos de una relación que es buena e imperecedera. Las herramientas a las que me refiero son (1) intimidad (es decir, el compartir de forma continua el corazón del otro) y (2) límites (aquellos que se ajustan donde se necesitan).
“Creo que, por ahora, tienen bajo dominio la parte relacionada con la intimidad, así que hablemos de los límites. No se preocupen, ¡los límites siempre se ajustan a aquello que nos agrada!
“Ahora bien, los límites tienen nombres diferentes – tales como ‘perdón’, ‘amor incondicional’ y ‘lealtad a ti y sólo a ti’. Kevin, para ti, aquello que te agrada se llama ‘¡Jenn, tú, Jenn!’ Jenn, aquello que te agrada se llama ‘¡Kevin, tú, Kevin!’
“Jenn, Kevin, Jesús mismo nos dijo que en este mundo tendremos problemas. En su vida como pareja, he de suponer que habrá un grado de adversidad que tendrán que superar juntos. Y lo harán - ¡con la ayuda de Dios!
“Cuando llegue ese momento, puede que encuentren razones para dudar del amor de Dios por ustedes y por su matrimonio. Pueden pensar que han encontrado una buena razón para cruzar la línea divisoria del perdón y la lealtad. Pueden pensar que han encontrado una buena razón para hacer que todo gire en torno a cada uno por aparte.
“Pero esta es mi admonición: Dense vuelta y regresen a donde comenzaron, ¡tomando, en todo propósito, el corazón de Jesús (Su mente, Sus caminos, Su vida)! Agárrense a Él, ¡y no lo suelten! ¡Vencerán!
“Jenn, ¿recuerdas cuando oramos juntas por teléfono para que Dios te enviara la pareja perfecta? ¡Sin duda lo hizo! ¡Estoy demasiado feliz por eso!
“¡Doy gracias a Aquel que es capaz de hacer sumamente, abundantemente, muchísimo más de lo que pedimos o imaginamos! ¡Dios los bendiga a los dos y bendiga su vida en pareja! ¡Por siempre! Amén”.
Emily Gardner Foppe ayuda a las personas que sufren a encontrar la paz y a alcanzar la plenitud. Una de las herramientas que utiliza es la sanación de la memoria. También les enseña a las personas a “intercambiar” eficazmente aquello que está Mal por aquello que está Bien. El intercambio es redención. ¡Es una solución muy poderosa! Visite su página de internet para leer otros blogs o para inscribirse y realizar una consulta: www.emilygardnerfoppe.com. Sus libros, Finding the Finding the Secret Place: Eight Keys to Experiencing God’s Presence (Encontrando el lugar secreto: Ocho claves para experimentar la presencia de Dios), y Invite Jesus into Your Traumatic Memories (Invita a Jesús en tus recuerdos traumáticos) pueden adquirirse a través de Amazon.com.
Versículos relacionados con este tema:
“Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo” (Juan 16:33 DHH).
“El espíritu es el que da vida; lo carnal no sirve para nada. Y las cosas que yo les he dicho son espíritu y vida. Pero todavía hay algunos de ustedes que no creen” (Juan 6:63 DHH).
“No tengan deudas con nadie, aparte de la deuda de amor que tienen unos con otros; pues el que ama a su prójimo ya ha cumplido todo lo que la ley ordena. Los mandamientos dicen: ‘No cometas adulterio, no mates, no robes, no codicies’; pero éstos y los demás mandamientos quedan comprendidos en estas palabras: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’. El que tiene amor no hace mal al prójimo; así que en el amor se cumple perfectamente la ley” (Romanos 13:8-9 DHH).
“…pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Quitaré de ustedes ese corazón duro como la piedra y les pondré un corazón dócil” (Ezequiel 36:26 DHH).
“Primoroso lugar me ha tocado en suerte; ¡hermosa es la herencia que me ha correspondido!” (Salmo 16:6 DHH).
“‘Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán como una sola persona’. Aquí se muestra cuán grande es el designio secreto de Dios. Y yo lo refiero a Cristo y a la iglesia. En todo caso, que cada uno de ustedes ame a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete al esposo” (Efesios 5:31-33 DHH).